Leonardo Bruzual Vásquez ||
¿Imaginas a tu hijo sin poder caminar, o a un familiar muy querido? Esta es la historia de Luisito, un niño con complicaciones motoras, que, al tocarme el corazón, procuré difundir la información de esta manera cuando trabajé en la Fundación del Niño de Sucre.
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Dijo el poeta: “Caminante no hay camino, se hace camino al andar”. Pero, ¿cómo hacer cuando los pies no se pueden usar para tal fin?
— ¡Ya tengo mi silla de ruedas!— vociferó el sonriente Luis Rafael, de tan sólo siete años de edad. — La otra no me gustaba porque estaba fea y "desconchada”— comentaba al ver sus nuevas piernas redondas.
Risueño y con una particular mirada, el pequeño Luis conversaba contento con sus padres Carla Patiño y Luis Enrique Jiménez. Ya sus amiguitos en el colegio no se reirán de él cuando noten lo “fina que está mi silla de ruedas”, decía.
Papá y mamá con lagrimas y alegrías a flor de piel, muy contentos y agradecidos ante la pronta respuesta que obtuvieron, agradecieron a la Fundación Regional El Niño Simón Sucre (Frnss) por este "sueño hecho realidad".
“Me siento muy agradecida con el Gobierno regional por hacer posible esta solicitud. Ahora mi hijo podrá asistir sin complicaciones a su colegio”, expresó la señora Patiño.
Luego de 72 horas de haber pedido ayuda a la Frnss, el repique anhelante del teléfono que retumbó el hogar de Luisito, se les informaba que el nuevo "avión" de sueños estaba esperando por él, el caminante de pies redondos.
