sábado, diciembre 29, 2012

La “heavy” teórica imposible de olvidar<< SEMBLANZA


Periodista Maritza Rodríguez
#MaestrosParaLaPosteridad: Maritza Rodríguez 

Sin miedo a equivocarse, metódica, recta, insistente en la forma de enviar el mensaje, la periodista siempre deja su característica huella de cuál ha de ser la correcta manera de usar los medios comunicacionales en el pensamiento de quienes la rodean, y cuál es el contenido apropiado que se debe ofrecer a la colectividad en las producciones audiovisuales

Por Leonardo Bruzual Vásquez

“Es jevi, es jevi”, decía siempre, así como lo lee (de manera repetida), en sus ponencias o pintorescos discursos en el aula de clases. "Decía", no porque no exista Maritza físicamente, sino haciendo remembranza de lo que ocurría en la universidad.

–Profe, pero cómo se escribe –le pregunté una vez en conversación por mensaje privado en la red social facebook. –H E A V Y –me respondió. –¡Ah, okey! –pensé. Es como decir: “no es fácil”. “Qué rudo”.

Sin lugar a dudas, es un personaje. No sólo por la forma en cómo imparte el conocimiento, sino por la su inigualable manera de ser. Simplemente Maritza Rodríguez, es una abnegada, virtuosa, vehemente, comunicadora social.

Nació en la capital venezolana, Santiago de León de Caracas, un día antes del de la Chinita “maracucha”, el 17 de noviembre (y el año, nunca lo mencionó. En su facebook sólo aparece “17 de noviembre”.  Empezó a recibir los conocimientos del mundo en la secundaria “Colegio San José de Tarbes”, graduada ahí en 1976. Ni pensaba ella conocer quien hoy redacta esta corta semblanza.

Seguramente, sus alocadas pero sabias neuronas le recomendaron estudiar Comunicación Social. Y eso fue lo que hizo. Se graduó en la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB). Después, comenzó una carrera llena de éxitos. Estuvo en RCTV, realizó trabajos especiales para Napoléon Bravo en su programa “24 horas”, transmitido por Venevisión; y también para este medio audiovisual produjo importantes reportes; eso sin contar la infinidad de grandes reportajes que ha hecho, y su participación como corresponsal en una telenovela venezolana.

La Teórica entendible
Esta amante y fan del periodista internacional José Levi (de CNN en español), está casada con Dimas Ibarra, un fotoreportero con quien tuvo dos hijos, Dimas y Rafael. Comenzó a ser docente en la Universidad Santa María (USM) de Puerto la Cruz, estado Anzoátegui en octubre del año 2002, impartiendo el conocimiento en las cátedras, Teoría de la Comunicación (4to Semestre), Producción de Revistas Audiovisuales y Producción de Noticieros de Televisión (en los últimos semestres de la carreta). Hoy continúa siendo profesora de la mencionada institución; y, en abril de 2003, pasó a formar parte de la empresa Sacramento Comunicaciones Integrales, C.A, como periodista, productora y Asesora en Comunicación Corporativa; hasta la actualidad.

Sin mucha elegancia, con un estilo hippie modernizado, siempre llegaba el salón de clases a hablarnos de la Teoría de Comunicación de manera tan insistente, que seguramente a más de uno -cuidado si no a todos- no se le pudo olvidar la mencionada “tuba”, teoría que plantea la “comunicación de masas” y el “feedback” (o comunicación de retorno). “¡Me están entendiendo. Me están entendiendo!”, exclamaban sus labios constantemente y de manera repetida, mientras colocaba en su lugar sus anteojos que se habían bajado por el delgado filo de su nariz.

Y cómo no entender a un personaje que siempre fue clara al explicar los contenidos. Léase bien: “Teoría de la Comunicación”. Qué cosa tan compleja. Pero qué fácil de entender después de los incansables análisis que Maritza le haría a las publicaciones y pensamientos de los grandes filósofos que llevaba consigo: McLuhan, o más recientemente, Antonio Pascuali, por nombrar algunos. El resumen de cientos de libros y publicaciones los plasmaba en diapositivas que las presentaba en su pequeña laptop, en aquél video beam que siempre fue difícil de encontrar en la universidad.

“¡Quítate el ipod!”
“¡Quítate el ipod!”, “¡Salte de internet!” eran expresiones a manera de clamor que destilaban sus labios siempre cuando reflexionaba en clases sobre algún episodio bochornoso que veía en la profesión, o que algún estudiante egresado, suyo, hiciera en televisión o radio.

Un llamado de atención que te hacía saber que debías estar atento a todo. Ser responsable. Ser puntual. Preguntar, preguntar, preguntar: insistía. Dejar de ser profesionales mediocres y con criterios bien fundamentados, hacer buenas producciones enfocadas en lo educativo son y serán eternamente sus principales razones de existir como docente.

Odia (aunque no lo grita, ni lo demuestra visceralmente, pero sí lo refunfuña) la “telebasura”. Un término que imprimía en sus clases para referirse a las producciones obscenas, vacías, que no dejan nada en el radioescucha o televidente. “Los programas educativos sí se venden, sí cuestan plata, y dejan muchísimo más que uno de chismes, chistes, reggaeton”. Paráfrasis de algunos de sus discursos en el aula de clases del cuarto piso en la USM.

Deja huellas en el recuerdo
¿Por qué impacta Maritza Rodríguez? Por la sencilla razón de que lo que transmite es puro amor y vocación en lo que hace y lo que considera lo correcto en un mundo lleno de “telebasura”. Porque es ser humano, no persona. Porque es Maestra, no Licenciada. Porque educa, no da clases.

Madre ejemplar. Carismática, aunque lo sabe ocultar muy bien. De sonrisa agradable al oído y contagiosa, cuando se le logra escuchar. Con su delgada apariencia deja una delgada enseñanza, pero significativa: ser profesionales comprometidos con la sociedad. No con el ego que domina a muchas personas y se olvidan de su humildad. Para ella el protagonista de las producciones audiovisuales, es el público, no el moderador. Así es la heavy teórica, imposible de olvidar.

OTRA ÓPTICA: este es un homenaje para la Maestra Maritza Rodríguez, periodista con vocación. Trabajo realizado para el componente docente que realizo en este momento. 10/10 puntos obtuvo este homenaje.

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