La guerrilla deja volar a diez militares y policías que mantienen
cautivos desde hace más de 12 años. Emplazan al Gobierno de Santos “entablar conversaciones”
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El
País.- Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia (FARC), la guerrilla más antigua de América Latina con casi medio
siglo de existencia, sacó este domingo bandera blanca. En un comunicado emitido por el Secretariado de su Estado mayor, las FARC anuncia el fin de los secuestros como "práctica" de su "actuación revolucionaria" y la próxima liberación de diez militares y policías que aún permanecen en su poder como rehenes.
En el comunicado, de poco más de un folio
de extensión, datado en “las montañas de Colombia” y difundido a través de su
página de Internet, la guerrilla explica el fin del secuestro como arma
política les obliga a derogar la “ley rebelde de 2000” sobre su financiación
mediante la toma de rehenes. El secuestro y el tráfico de drogas han sido las
dos vías principales de ingresos de las FARC.
También anuncia la puesta en libertad de
diez militares y policías, que mantienen cautivos desde hace más de 12 años, y
que son sus últimos rehenes uniformados. Las FARC llegaron a tener secuestradas
en algunos momentos a más de 50 personas, entre políticos, militares, policías
e incluso ciudadanos extranjeros como tres estadounidenses que pretendieron
canjear, sin éxito, por medio millar de guerrilleros presos.
En lo que solamente se puede entender como
un cruel sarcasmo del grupo guerrillero, la declaración incluye un párrafo en
el que las FARC manifiestan sus “sentimientos de admiración para con los
familiares de los soldados y policías en nuestro poder. Jamás perdieron la fe
en que los suyos recobrarían la libertad, aún en medio del desprecio y la
indiferencia de los distintos gobiernos y mandos militares y policiales”.
También piden a la portavoz de los rehenes,
Marleny Orjuela, que “acuda a recibirlos en la fecha acordada” —aunque no la
precisan— y “agradecen" y “aceptan sin vacilación” la mediación
humanitaria del Gobierno de la presidenta brasileña Dilma Rousseff para hacer
efectiva la entrega de esos rehenes. La nueva generosidad de las FARC se
produce tres meses después del asesinato de cuatro rehenes que llevaban más de
una década cautivos, un hecho que provocó una ola de indignación en la sociedad
colombiana. El comunicado no dice una palabra sobre el destino o futuro de los
civiles secuestrados aún en su poder.
El presidente colombiano, Juan Manuel
Santos, ha afirmado a través de su cuenta en la red social Twitter que el
anuncio de la guerrilla es un “paso importante” en la dirección correcta pero
“no suficiente”. El Gobierno de Bogotá exige la liberación de todos los rehenes
como precondición para entablar unas posibles conversaciones de paz. Y por el
lenguaje del comunicado, que opone los “propósitos de reconciliación” de las
FARC a la voluntad de “exterminio y arrogancia” del Gobierno parece indicar que
aún queda un largo trecho por recorrer.
Las FARC, fundadas en 1964 y la única
guerrilla importante todavía operativa en América Latina, ha sufrido en los
últimos años, sobre todo bajo el mandato del expresidente colombiano Álvaro
Uribe, durísimos golpes en su estructura de dirección, entre ellas la muerte de
sus cabecillas guerrilleros, entre ellos Raúl Reyes, el número dos de la
guerrilla, que murió en un bombardeo ordenado por el Gobierno de Uribe en
territorio ecuatoriano y que desencadenó a su vez una seria crisis diplomática
en la región.
La muerte de su líder Manuel Marulanda,
Tirofijo, víctima de un infarto en mayo de ese mismo año y de su sucesor,
Guillermo León Sánchez, alias Alfonso Cano, acabaron por debilitar a la
guerrilla colombiana, que también ha perdido a buena parte de su militancia. El
Gobierno colombiano trata de aprovechar esta debilidad estrechando el cerco
militar sobre la guerrilla, sobre todo en las zonas rurales del país
sudamericano.
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